Jueves 24 de julio
XVI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
Jueves 24 de julio
XVI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
Feria * Verde
Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa de la Sagrada Eucaristía, tal como aparecen en el presente formulario (cfr. Misas votivas, Misal Romano, p. 1 174 [| | 647); pero en su lugar pueden utilizarse las del domingo anterior, las de *san Chárbel Makhlüf
(p. 115) o las de cualquier domingo del Tiempo Ordinario.
Ubiquémonos en este tiempo de gracia
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COMENTARIO
AL EVANGELIO
Aprovechar el tiempo en el que vivimos es lo mejor que podemos hacer. Con frecuencia vivimos de añoranzas malsanas, pensando en si nos hubiera tocado vivir en otro tiempo o en otro lugar e incluso hemos llegado a jugar con la idea de ser otras perso-nas. Sin embargo, no hay mejor manera de aprovechar el paso de Dios por nuestra vida más que ubicándonos adecuadamente en el tiempo y en el lugar en el que vivimos.
Jesús invita a sus discípulos a reconocer el privilegio de vivir el momento presente y aprovecharlo plenamente; de lo contrario, corren el riesgo de perder el regalo del Reino: la presencia de Dios aquí y ahora (v. 16). El Maestro los llama dichosos porque pueden ver con claridad y escuchar con profundidad la manifestación de Dios en la historia. No obstante, esta dicha conlleva una responsabilidad: si han recibido el don de percibir lo que otros no pudieron, también tienen el deber de actuar. Están llamados a mirar la vida con una nueva perspectiva, a interpretarla con mayor sabiduría y a convertir el proyecto del Reino en una realidad.
se nos distrae para aprovechar mejor el tiempo en el que vivimos? ¿Qué pode.
nosotros?
MISA VOTIVA DE LA SAGRADA EUCARISTÍA
Blanco
ANTÍFONA DE ENTRADA
Sal 77, 23-25
Abrió Dios las compuertas del cielo e hizo llover sobre ellos el maná para que lo comieran; les dio un trigo celeste, y el hombre comió pan de ángeles.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que llevaste a cabo la obra de la redención humana por el misterio pascual de tu Unigénito, concede, benigno, que quienes anunciamos llenos de fe por medio de los signos sacramentales, su muerte y resu-rrección, experimentemos un continuo aumento de tu salvación. Por nuestro Señor Jesucristo...
PRIMERA LECTURA
El Señor bajará al monte Sinaí a la vista del pueblo.
Del libro del Exodo: 19, 1-2: 9-11. 16-20
quel día, a los tres meses de haber salido de Egipto, los israelitas, que A habían partido de Refidim, llegaron al desierto de Sinai y acamparon frente al monte. Entonces el Señor le dijo a Moisés: "Voy a acercarme a ti en una nube espesa, para que el pueblo pueda escuchar lo que te digo y tenga siempre fe en ti".
Moisés comunicó al Señor lo que el pueblo le había dicho. Y el Señor le dijo: "Vuelve a donde está el pueblo y ordénales que se purifiquen hoy y mañana; que laven su ropa y estén preparados para pasado mañana, pues el Señor bajará al monte Sinaí a la vista del pueblo".
Al rayar el alba del tercer día, hubo truenos y relámpagos; una densa nube cubrió el monte y se escuchó un fragoroso resonar de trompetas. Esto hizo temblar al pueblo, que estaba en el campamento. Moisés hizo salir al pueblo para ir al encuentro de Dios; pero la gente se detuvo al pie del monte.
Todo el monte Sinai humeaba, porque el Señor había descendido sobre él en medio del fuego. Salía humo como de un horno y todo el monte retemblaba con violencia. El sonido de las trompetas se hacía cada vez más fuerte.
Moisés hablaba y Dios le respondía con truenos. El Señor bajó a la cumbre del monte y le dijo a Moisés que subiera.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
R. Bendito seas, Señor, santo y glorioso.
Daniel 3
Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres. Bendito sea tu nombre santo y glorioso. R.
Bendito seas en el templo santo y glorioso. Bendito seas en el trono de
tu reino. R.
Bendito eres tú, Señor, que penetras con tu mirada los abismos y te sientas en un trono rodeado de querubines. Bendito seas, Señor, en la bóveda del cielo. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
Cfr. Mt 11, 25
R. Aleluya, aleluya.
Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. R.
EVANGELIO
A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los cielos; pero a ellos no.
¿- Del santo Evangelio según san Mateo: 13, 10-17 n aquel tiempo, se acercaron a Jesús sus discípulos y le preguntaron:
1 "¿Por qué les hablas en parábolas?". Él les respondió: "A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los cielos; pero a ellos no.
Al que tiene se le dará más y nadará en la abundancia; pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará. Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven y oyendo no oyen ni entienden.
En ellos se cumple aquella profecía de Isaías que dice: Ustedes oirán una y otra vez y no entenderán; mirarán y volverán a mirar, pero no verán; porque este pueblo ha endurecido su corazón, ha cerrado sus ojos y tapado sus oídos, con el fin de no ver con los ojos ni oír con los oídos, ni comprender con el corazón. Porque no quieren convertirse ni que yo los salve.
Pero, dichosos ustedes, porque sus ojos ven y sus oídos oyen. Yo les aseguro que muchos profetas y muchos justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron".
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, al celebrar el memorial de nuestra salvación, imploramos humildemente tu clemencia, a fin de que este sacramento de amor sea para nosotros signo de unidad y vínculo de caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO II DE LA EUCARISTÍA
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
El cual, en la última cena con los Apóstoles, para perpetuar el memorial salvífico de la cruz, se ofreció a ti como Cordero inmaculado, y tú lo aceptaste como sacrificio de alabanza perfecta.
Con este venerable sacramento, alimentas y santificas a tus fieles para que, a la familia humana que habita un mismo mundo, una misma fe la ilumine y un mismo amor la una.
Así pues, nos acercamos a la mesa de tan admirable sacramento, para que, colmados por la dulzura de tu gracia, lleguemos a ser imagen de la hermosura celestial.
Por eso, todas tus creaturas, en el cielo y en la tierra te adoran cantando un cántico nuevo; y también nosotros, con la multitud de los ángeles, te aclamamos por siempre, diciendo: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Jn 6, 51-52
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor. El que coma de este pan vivirá eternamente. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne, para que el mundo tenga vida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios nuestro, que la participación en este banquete celestial nos santi-fique, de modo que, por la recepción del Cuerpo y la Sangre de Cristo, se estreche entre nosotros la unión fraterna. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
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*San Chárbel Makhlüf, presbítero (ml), blanco (MR, p. 790 [777]).
Nació en Líbano, en 1828. Perteneció a la Orden de los Maronitas Libaneses.
En el desierto sirvió a Dios día y noche, viviendo con gran austeridad, ayunando y orando. Murió el 24 de diciembre de 1898.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que llamaste al presbítero san Chárbel Makhlüf al extraordinario combate espiritual del desierto, y lo enriqueciste con una piedad admira-ble, concédenos que, transformados en imitadores de la pasión del Señor, merezcamos ser partícipes de su reino. Por nuestro Señor Jesucristo...
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que recibas este sacrificio que te ofrecemos por la salvación de tu pueblo, por el cual podamos, con la intercesión de san Chárbel Makhlüf, no sólo apartarnos de las seducciones del pecado, sino también formar parte de la asamblea de los santos en el cielo. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concede, Señor Dios nuestro, que, amparados bajo la protección de san Chár-bel Makhlüf, por virtud de este sacramento, regalo de tu sabiduría, vivamos con justa moderación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PARA MEDITAR
Si miramos con delicadeza el jardín, las plantaciones que tenemos cerca, nos daremos cuenta de lo que dice la parábola: todo se mezcla. En nosotros también las cosas se mezclan.
Aprendamos a poner todo ante Dios, confiemos plenamente en él. Llegado el tiempo, él sabrá mostrarnos cómo nuestra vida es vida en abundancia.
El Libro Vivo es un servicio gratuito.
Carmelitas Descalzos de México.
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