Misal diario. Misal carmelitano.
Misal diario. Misal carmelitano.
Sábado 8 de noviembre
XXXI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
OCD: Memoria obligatoria
Hoy recuerda el Carmelo Teresiano a santa Isabel de la Trinidad, una de las figuras más destacadas de la espiritualidad contemporánea. Con su ejemplo y con su doctrina ejerce desde hace años un influjo siempre creciente, debido, sobre todo, a su experiencia Trinitaria y a sus escritos, breves pero densos en doctrina y eco de su comunión con las Tres Divinas Personas. Humilde y pura, de inteligencia despierta para percibir las bellezas de la naturaleza y de la gracia, aprendió en las escuelas de san Pablo, de santa Teresa y de san Juan de la Cruz la lección del amor a la Trinidad, de la que quiso ser «alabanza de gloria». El silencio y el recogimiento, la contemplación del misterio trinitario, la docilidad generosa a las más pequeñas inspiraciones, la fidelidad incondicional a la voluntad divina en su vocación carmelitana, hicieron que en breve alcanzara muy alta perfección. Nacida cerca de Bourges (Francia) el año 1880, había ingresado en 1901 en el monasterio carmelitano de Dijón, y aquí, enferma de úlcera de estómago, vino a morir el 9 de noviembre de 1906, a los 26 años de edad.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Ven Esposa de Cristo; recibe la corona que el Señor te ha preparado desde la eternidad.
ORACIÓN COLECTA
Oh Dios, rico en misericordia, que descubriste a santa Isabel de la Trinidad el misterio de tu presencia secreta en el alma del justo e hiciste de ella una adoradora en espíritu y verdad, concédenos, por su intercesión, que también nosotros, permaneciendo en el amor de Cristo, merezcamos ser transformados en templos del Espíritu de Amor, para alabanza de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Salúdense mutuamente con el saludo de paz.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos 16, 3-9. 16. 22-27
Hermanos: Saluden a Prisca y a Aquila, colaboradores míos en el servicio de Cristo Jesús, que por salvar mi vida arriesgaron la suya. A ellos no sólo yo, sino también todas las comunidades cristianas del mundo pagano les debemos gratitud. Saluden también a la comunidad que se reúne en casa de ellos.
Saluden a mi querido Epéneto, el primero que en la provincia de Asia se hizo cristiano. Saluden a María, que ha trabajado tanto por ustedes. Saluden a Andrónico y a Junías, mis paisanos y compañeros de prisión, que se han distinguido en predicar el Evangelio y en el apostolado, y que se hicieron cristianos antes que yo. Saluden a Ampliato, a quien tanto quiero en el Señor. Saluden a Urbano, colaborador nuestro en el servicio de Cristo, y a mi querido Estaquio.
Salúdense los unos a los otros con el saludo de paz. Todas las comunidades cristianas los saludan.
Yo, Tercio, el escribano de esta carta, también les mando un saludo en el Señor. Los saluda Gayo, que me hospeda a mí y a esta comunidad. Los saludan Erasto, administrador de la ciudad, y Cuarto, nuestro hermano.
Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con todos ustedes. Amén.
A aquel que puede darles fuerzas para cumplir el Evangelio que yo he proclamado, predicando a Cristo, conforme a la revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos, y que ahora, en cumplimiento del designio eterno de Dios, ha quedado manifestado por las Sagradas Escrituras, para atraer a todas las naciones a la obediencia de la fe, al Dios único, infinitamente sabio, démosle gloria, por Jesucristo, para siempre. Amén.
Palabra de Dios. Te alabamos Señor.
SALMO RESPONSORIAL
del salmo 144
R. Dichosos los que aman al Señor.
Un día tras otro bendeciré tu nombre y no cesará mi boca de alabarte. Muy digno de alabanza es el Señor, por ser su grandeza incalculable.
R. Dichosos los que aman al Señor.
Cada generación, a la que sigue anunciará tus obras y proezas. Se hablará de tus hechos portentosos, del glorioso esplendor de tu grandeza.
R. Dichosos los que aman al Señor.
Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan. Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas.
R. Dichosos los que aman al Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
2 Cor 8, 9
R. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre, para enriquecernos con su pobreza.
R. Aleluya.
EVANGELIO
Si con el dinero, tan lleno de injusticias, no fueron fieles, ¿quién les confiará los bienes verdaderos?
Del santo Evangelio según san Lucas 16, 9-15
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Con el dinero, tan lleno de injusticias, gánense amigos que, cuando ustedes mueran, los reciban en el cielo. El que es fiel en las cosas pequeñas, también es fiel en las grandes; y el que es infiel en las cosas pequeñas, también es infiel en las grandes. Si ustedes no son fieles administradores del dinero, tan lleno de injusticias, ¿quién les confiará los bienes verdaderos? Y si no han sido fieles en lo que no es de ustedes, ¿quién les confiará lo que sí es de ustedes
No hay criado que pueda servir a dos amos, pues odiará a uno y amará al otro, o se apegará al primero y despreciará al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero”.
Al oír todas estas cosas, los fariseos, que son amantes del dinero, se burlaban de Jesús. Pero él les dijo: “Ustedes pretenden pasar por justos delante de los hombres; pero Dios conoce sus corazones, y lo que es muy estimable para los hombres es detestable para Dios”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, los dones que humildemente te ofrecemos en memoria de tu virgen, santa Isabel de la Trinidad, y concédenos, por esta hostia inmaculada, permanecer ardiendo en tu presencia en el fuego sagrado de tu amor. Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN
Jn 14, 21-23
Al que me ama lo amará mi Padre y vendremos a él y haremos morada en él.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Reconfortados con el pan del cielo, imploramos, Señor, de tu bondad que a cuantos nos llena de alegría el recuerdo de tu virgen, Isabel de la Trinidad, nos concedas el perdón de las culpas, la salud de los cuerpos, la gracia del alma y la vida eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.
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Carmelitas Descalzos de México.
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