7 de agosto
SAN ALBERTO DE TRÁPANI, presbítero
PATRONO DE LA PROVINCIA DE CARMELITAS DESCALZOS DE MÉXICO
7 de agosto
SAN ALBERTO DE TRÁPANI, presbítero
PATRONO DE LA PROVINCIA DE CARMELITAS DESCALZOS DE MÉXICO
OCD: Memoria
Provincia mexicana: Solemnidad
Color litúrgico: Blanco
Hacemos hoy memoria del santo carmelita Alberto de Trapani. Siciliano de nacimiento, entró en los carmelitas todavía joven. Se distinguió por su fogosidad en la predicación y por sus milagros, que han dejado amplia huella en las leyendas y tradiciones populares de Sicilia. Se le representa con una azucena en la mano, símbolo de su amor a la pureza. Murió el 7 de agosto de 1307 y sus reliquias fueron dispersadas por toda Europa para bendecir el agua de San Alberto, empleada contra la fiebre en tiempos pasados. Su culto fue confirmado por el Papa Sixto IV en 1476.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Sal 36,30-31
La boca del justo expone la sabiduría, su lengua explica el derecho, porque lleva en su corazón la ley de su Dios.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor, Padre Santo, que hiciste de San Alberto un modelo de oración y de pureza y un fiel servidor de la Virgen María; concédenos revestirnos de sus virtudes para participar dignamente en el banquete eterno de la gloria. Por nuestro Señor.
PRIMERA LECTURA
El espíritu del Señor Dios está sobre mí
Lectura del profeta Isaías: Is 61, 1-3a
El Espíritu del Señor Dios está sobre mí, porque me ha ungido el Señor para traer buenas nuevas a los afligidos; me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los cautivos y liberación a los prisioneros; a proclamar un año de gracia del Señor, un día de venganza para nuestro Dios; para consolar a todos los que lloran, para cambiar su ceniza por una corona, su ropa de luto por el óleo de la alegría, y su abatimiento por un canto de alabanza.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 22
R/. El señor es mi pastor nada de falta
El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar;
R/. El señor es mi pastor nada de falta
me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre.
R/. El señor es mi pastor nada de falta
Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan.
R/. El señor es mi pastor nada de falta
Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa.
R/. El señor es mi pastor nada de falta
Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término.
R/. El señor es mi pastor nada de falta
SEGUNDA LECTURA
Si somos hijos, somos herederos, herederos de Dios y coherederos de Cristo
Lectura de la Carta de San Pablo a los Romanos: Rom 8, 14-18.28.30
Todos los que son conducidos por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no han recibido un espíritu de esclavos para volver a caer en el temor, sino el espíritu de hijos adoptivos, que nos hace llamar a Dios ¡Abba!, es decir, ¡Padre! El mismo espíritu se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios. Si somos hijos, también somos herederos, herederos de Dios y coherederos de Cristo, porque sufrimos con él para ser glorificados con él.
Yo considero que los sufrimientos del tiempo presente no pueden compararse con la gloria futura que se revelará en nosotros. Sabemos, además, que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, de aquellos que él llamó según su designio. En efecto, a los que Dios conoció de antemano, los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que él fuera el Primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, también los llamó; y a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
1 Jn 2, 5
R/. Aleluya, aleluya.
¡Padre, quiero que los que tú me diste estén conmigo donde yo esté!. R/.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan: 15,9-17
Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo en ti
En aquel tiempo, levantando los ojos al cielo, Jesús oró, diciendo: Padre santo, Santifícalos en la verdad: tu Palabra es verdad.
Así como tú me has enviado al mundo, yo también los he enviado al mundo. Por ellos me consagro, para que ellos también sean consagrados en la verdad.
Padre Santo, no ruego sólo por ellos, sino también por los que, gracias su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno, yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí.
Padre, quiero que los que tú me diste estén conmigo donde yo esté, para que contemplan la gloria que me has dado, porque ya me amabas antes de la creación del mundo.
Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Les di a conocer tu Nombre, y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me amaste esté en ellos y yo también esté en ellos.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
PRECES
Oremos con ánimo sereno a Cristo que santifica a sus sacerdotes e invita a sus siervos a una íntima unión con él. A cada petición respondemos diciendo: Crea en nosotros, oh Señor, un corazón puro y aumenta nuestra fe.
Tú que has confiado a las manos de los sacerdotes el pan eucarístico,
- has que todos puedan gozar de los frutos del misterio pascual.
Concede a todos los que buscan la verdad el gozo de encontrarla,
- Y encontrándola la busquen todavía más.
A todos aquellos que aman y cultivan la pureza de corazón
- concédeles que sean testigos de tu presencia salvadora en el mundo.
Llama a tus hijos alrededor de tu mesa,
- para que te sigan más de cerca a ti virgen, pobre y obediente.
Cuida a aquellos que profesan una vida virginal
- para que te sigan a ti, Cordero divino a dondequiera que irás.
Recibe a nuestros hermanos difuntos en el reino eterno
- donde también nosotros esperamos llegar un día.
Padre santo, ponemos en tus manos providentes todas nuestras intenciones y necesidades, por Cristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Llegue hasta tu presencia, Señor, la oblación de tu santa Iglesia, y concédenos por ella, que, tras las huellas de san Alberto, dediquemos nuestra vida a la contemplación de los misterios divinos y al servicio de nuestros hermanos necesitados. Por Jesucristo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Cf. Mt 19, 27-29
En verdad os digo: los que habéis dejado todo y me habéis seguido, recibiréis cien veces más y heredaréis la vida eterna.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con este sacramento celestial te pedimos, con humildad y confianza, seguir el ejemplo de san Alberto, unidos cada vez más a Cristo y dedicados al servicio amoroso de la Virgen María. Por Jesucristo.
El Libro Vivo es un servicio gratuito.
Carmelitas Descalzos de México.
ocd.org.mx