Domingo 27 de abril
II DOMINGO DE PASCUA O DE LA DIVINA MISERICORDIA
Domingo 27 de abril
II DOMINGO DE PASCUA O DE LA DIVINA MISERICORDIA
Blanco
Domingo II de Pascua o de la Divina Misericordia MR, p. 351 (353) / Lecc. I, p. 98 LH, Semana II del Salterio
Otros Santos: María Bernarda (Bernardita) Soubirous, religiosa de las Hermanas de la Caridad de Nevers y vidente. Beatos: Gaspar Suma, sacerdote franciscano y mártir; Joaquín de Siena, religioso Presbítero de la Orden de los Siervos de María.
ANTÍFONA DE ENTRADA
1 Pedro 2, 2
Como niños recién nacidos, anhelen una leche pura y espiritual que los haga crecer hacia la salvación. Aleluya.
O bien: 4 Esd 2, 36-37
Abran el corazón con alegría, y den gracias a Dios, que los ha llamado al Reino de los cielos. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios de eterna misericordia, que reanimas la fe de este pueblo a ti consagrado con la celebración anual de las fiestas pascuales, aumenta en nosotros los dones de tu gracia, para que todos comprendamos mejor la excelencia del bautismo que nos ha purificado, la grandeza del Espíritu que nos ha regenerado y el precio de la Sangre que nos ha redimido. Por nuestro Señor Jesucristo...
PRIMERA LECTURA
Crecía el número de los creyentes en el Señor.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 5, 12-16
En aquellos días, los apóstoles realizaban muchos signos y prodigios en medio del pueblo. Todos los creyentes solían reunirse, por común acuerdo, en el pórtico de Salomón. Los demás no se atrevían a juntárseles, aunque la gente los tenía en gran estima.
El número de hombres y mujeres que creían en el Señor iba creciendo de día en día, hasta el punto de que tenían que sacar en literas y camillas a los enfermos y ponerlos en las plazas, para que, cuando Pedro pasara, al menos su sombra cayera sobre alguno de ellos.
Mucha gente de los alrededores acudía a Jerusalén y llevaba a los enfermos y a los atormentados por espíritus malignos, y todos quedaban curados.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 117,2-4.22-24. 25-27a
R/. La misericordia del Señor es eterna. Aleluya.
Diga la casa de Israel: "Su misericordia es eterna". Diga la casa de Aarón: "Su misericordia es eterna". Digan los que temen al Señor: "Su misericordia es eterna".
R/. La misericordia del Señor es eterna. Aleluya.
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. Éste es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo.
R/. La misericordia del Señor es eterna. Aleluya.
Libéranos, Señor, y danos tu victoria. Bendito el que viene en nombre del Señor. Que Dios desde su templo nos bendiga. Que el Señor, nuestro Dios, nos ilumine.
R/. La misericordia del Señor es eterna. Aleluya.
SEGUNDA LECTURA
Estuve muerto y ahora, como ves, estoy vivo para siempre.
Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan: 1, 9-11. 12-13.17-19
Yo, Juan, hermano y compañero de ustedes en la tribulación, en el Reino y en la perseverancia en Jesús, estaba desterrado en la isla de Patmos, por haber predicado la palabra de Dios y haber dado testimonio de Jesús. Un domingo caí en éxtasis y oí a mis espaldas una voz potente, como de trompeta, que decía: "Escribe en un libro lo que veas y envíalo a las siete comunidades cristianas de Asia". Me volví para ver quién me hablaba, y al volverme, vi siete lámparas de oro, y en medio de ellas, un hombre vestido de larga túnica, ceñida a la altura del pecho, con una franja de oro.
Al contemplarlo, caí a sus pies como muerto; pero él, poniendo sobre mí la mano derecha, me dijo: "No temas. Yo soy el primero y el último; yo soy el que vive. Estuve muerto y ahora, como ves, estoy vivo por los siglos de los siglos. Yo tengo las llaves de la muerte y del más allá. Escribe lo que has visto, tanto sobre las cosas que están sucediendo, como sobre las que sucederán después".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SECUENCIA opcional, (Lecc. I, p. 94).
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
Jn 20, 29
R/. Aleluya, aleluya.
Tomás, tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haberme visto, dice el Señor. R/.
EVANGELIO
Ocho días después, se les apareció Jesús
Del santo Evangelio según san Juan: 20, 19-31
Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes". Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría.
De nuevo les dijo Jesús: "La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo". Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: "Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar".
Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían: "Hemos visto al Señor". Pero él les contestó: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré".
Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta cerrada y Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes". Luego le dijo a Tomás: "Aquí están mis manos; acerca tu dedo. Trae acá tu mano, métela en mi costado y no sigas dudando, sino cree". Tomás le respondió: "¡Señor mío y Dios mío!" Jesús añadió: "Tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haber visto".
Otros muchos signos hizo Jesús en presencia de sus discípulos, pero no están escritos en este libro. Se escribieron éstos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN DEL PAPA FRANCISCO
El Señor no busca cristianos perfectos; el Señor no busca cristianos que nunca duden y siempre hagan alarde de una fe segura. Cuando un cristiano es así, hay algo que no funciona. No, la aventura de la fe, como para Tomás, está hecha de luces y sombras. Si no, ¿qué tipo de fe sería? Conoce momentos de consuelo, impulso y entusiasmo, pero también de cansancio, desconcierto, dudas y oscuridad. El Evangelio nos muestra la “crisis” de Tomás para decirnos que no debemos temer las crisis de la vida y de la fe. Las crisis no son un pecado, son un camino, no debemos temerlas. Muchas veces nos hacen humildes, porque nos despojan de la idea de ser correctos, de ser mejores que los demás. Las crisis nos ayudan a reconocer nuestra necesidad: reavivan nuestra necesidad de Dios y nos permiten así volver al Señor, tocar sus llagas, volver a experimentar su amor, como la primera vez. Queridos hermanos y hermanas, es mejor una fe imperfecta pero humilde, que siempre vuelve a Jesús, que una fe fuerte pero presuntuosa, que nos hace orgullosos y arrogantes. ¡Ay de estos! (Regina Caeli, II domingo de Pascua o de la Divina Misericordia, 24 de abril de 2022)
Se dice Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Llenos de gozo por la santa resurrección del Señor, purificados nuestros sentimientos y renovado nuestro espíritu, supliquemos con insistencia.
Después de cada petición diremos: Jesús resucitado, escúchanos.
+ A Cristo que con su gloriosa resurrección, ha vencido la muerte y ha destruido el pecado, pidámosle que los obispos mexicanos siempre sean asistidos por el Espíritu Santo, en su labor de apacentar al Pueblo de Dios. Oremos.
+ A Cristo, que, con su santa resurrección, ha otorgado el perdón y la paz a los pecadores, supliquémosle que quienes han regresado al camino de la vida conserven los dones que la misericordia del Padre les ha restituido. Oremos.
+ A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha dado al mundo la vida verdadera y ha renovado toda la creación, pidámosle por los que, por no creer en su triunfo, viven sin esperanza. Oremos.
+ A Cristo, que, con su santa resurrección, ha devuelto al hombre toda su dignidad, pidámosle por aquellos que arriesgan sus vidas en la defensa de los derechos fundamentales en dictaduras, en regímenes autoritarios e incluso en democracias en crisis y en nuestra patria. Oremos.
+ A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, anunció la alegría a las mujeres, y por medio de las mujeres a los apóstoles, y por medio de los apóstoles al mundo entero, pidámosle por los que nos hemos reunido para celebrar su triunfo.
Señor nuestro, escucha la oración de tu pueblo y concédenos reconocerse siempre presente en nuestra asamblea y que demos testimonio de tu gran resurrección. Tú que vives y reinas, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, las ofrendas de tu pueblo (y de los recién bautizados), para que, renovados por la confesión de tu nombre y por el bautismo, consigamos la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de Pascua (en este día), M R, p. 504 (500).
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca en este día, en que Cristo, nuestra Pascua, fue inmolado.
Porque él es el verdadero Cordero que quitó el pecado del mundo: muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró la vida.
Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Cfr. Jn 20, 27
Jesús dijo a Tomás: Acerca tu mano, toca los agujeros que dejaron los clavos y no seas incrédulo, sino creyente. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso, concédenos que la gracia recibida en este sacramento pascual permanezca siempre en nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne, p. 341 (602).
Para despedir al pueblo se canta o se dice Pueden ir en paz, aleluya, aleluya. A lo cual se responde Demos gracias a Dios, aleluya, aleluya.
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Carmelitas Descalzos de México.
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