Viernes 28 de febrero

VII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

MISA VOTIVA DE LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

Rojo


Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa de la Preciosísima Sangre de nuestro Señor Jesucristo, tal como aparecen en el presente formulario (cfr. Misas votivas, Misal Romano, p. 1176 [1166]); pero en su lugar pueden utilizarse las del domingo anterior o las de cualquier domingo del Tiempo Ordinario.


ANTÍFONA DE ENTRADA

Cfr. Apoc 5, 9-10

Con tu sangre compraste para Dios hombres de todas las razas y lenguas, de todos los pueblos y naciones, para constituir un reino para Dios.


ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que redimiste a todos los hombres con la preciosa Sangre de tu Unigénito, conserva en nosotros la obra de tu misericordia, para que, celebrando sin cesar el misterio de nuestra salvación, merezcamos alcanzar sus frutos. Por nuestro Señor Jesucristo...


PRIMERA LECTURA

El amigo fiel no tiene precio.

Del libro del Sirácide (Eclesiástico): 6, 5-17

Las palabras amistosas multiplican el número de amigos, los labios amables aumentan los saludos. Es bueno que te saluden muchos; pero que uno solo entre mil sea tu amigo íntimo. Cuando hagas una nueva amistad, vete con tiento; no te le confies tan fácilmente, pues hay amigos que lo son por conveniencia y no son fieles en el día de la desgracia. Hay amigos que se vuelven enemigos y descubren con afrenta los motivos del pleito. Hay amigos que te acompañan a comer, pero nunca se aparecen en la hora de las penas: cuando te va bien, están contigo, cuando te va mal, huyen de ti; si te ocurre una desgracia, cambian de actitud y se esconden de tu vista. Aléjate de tus enemigos y sé precavido con tus amigos.

El amigo fiel es un refugio que da seguridad; el que lo encuentra, ha encontrado un tesoro. El amigo fiel no tiene precio: ningún dinero ajusta para comprarlo. El amigo fiel es un tónico de vida. Los que aman al Señor lo encontrarán; el que teme al Señor sabe ser fiel amigo y hace a sus amigos como él.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 118

R. Señor, guíame por la senda de tu ley.


Señor, bendito seas; enséñame tus leyes. En tus preceptos tengo mis delicias, jamás me olvidaré de tus palabras.

R. Señor, guíame por la senda de tu ley.


Ábreme los ojos para ver las maravillas de tu voluntad. Dame nueva luz para conocer tu ley y para meditar las maravillas de tu amor.

R. Señor, guíame por la senda de tu ley.


Enséñame a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo corazón. Guíame por la senda de tu ley, que es lo que quiero.

R. Señor, guíame por la senda de tu ley.


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO

Cfr. Jn 17, 17

R. Aleluya, aleluya.

Tu palabra, Señor, es la verdad; santifícanos en la verdad. R.


EVANGELIO

Lo que Dios unió, que no lo separe el hombre.

Del santo Evangelio según san Marcos: 10, 1-12

En aquel tiempo, se fue Jesús al territorio de Judea y Transjordania, y de nuevo se le fue acercando la gente; él los estuvo enseñando, como era su costumbre. Se acercaron también unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: "¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su esposa?".

Él les respondió: "¿Qué les prescribió Moisés?". Ellos contestaron: "Moisés nos permitió el divorcio mediante la entrega de un acta de divorcio a la esposa". Jesús les dijo: "Moisés prescribió esto, debido a la dureza del corazón de ustedes. Pero desde el principio, al crearlos, Dios los hizo hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su esposa y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Por eso, lo que Dios unió, que no lo separe el hombre".

Ya en casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre el asunto. Jesús les dijo: "Si uno se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio".

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


REFLEXIÓN DEL PAPA FRANCISCO

La confianza de Dios en el hombre y en la mujer, a quienes confía la tierra, es generosa, directa y plena. Se fía de ellos. Pero he aquí que el maligno introduce en su mente la sospecha, la incredulidad, la desconfianza. Y al final llega la desobediencia al mandamiento que los protegía. Caen en ese delirio de omnipotencia que contamina todo y destruye la armonía. También nosotros lo percibimos dentro de nosotros muchas veces, todos. El pecado genera desconfianza y división entre el hombre y la mujer. (…) La desvalorización social de la alianza estable y generativa del hombre y la mujer es ciertamente una pérdida para todos. ¡Tenemos que volver a dar el honor debido al matrimonio y a la familia! La Biblia dice algo hermoso: el hombre encuentra a la mujer, se encuentran, y el hombre debe dejar algo para encontrarla plenamente. Por ello el hombre dejará a su padre y a su madre para ir con ella. ¡Es hermoso! Esto significa comenzar un nuevo camino. El hombre es todo para la mujer y la mujer es toda para el hombre. (Audiencia general, 22 de abril de 2015)


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al traer ante tu soberana presencia, Señor, nuestros dones, haz que, por medio de estos misterios, nos acerquemos a Jesús, el mediador de la nueva Alianza, y nos renovemos por la aspersión salvadora de su Sangre. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.


PREFACIO I DE LA PASIÓN DEL SEÑOR

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Porque mediante la pasión salvadora de tu Hijo el mundo entero ha comprendido la manera como debía alabar a tu majestad, ya que en la fuerza inefable de la cruz, se manifestó el juicio del mundo y el poder del Crucificado.

Por eso, Señor, también nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con los ángeles y los santos, diciendo: Santo, Santo, Santo...


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN

Cfr. 1 Cor 10, 16

El cáliz de nuestra acción de gracias, nos une en la Sangre de Cristo; y el pan que partimos, nos une en el Cuerpo del Señor.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Habiendo sido reconfortados con el alimento y la bebida de salvación, te pedimos, Señor, que seamos bañados siempre con la Sangre de nuestro Salvador, y que ésta se convierta para nosotros en fuente de agua que brote hasta la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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Carmelitas Descalzos de México.
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