Viernes 13 de septiembre
XXIII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
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Viernes 13 de septiembre
XXIII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
Color litúrgico: Blanco
Memoria,
SAN JUAN CRISÓSTOMO, Obispo y Doctor de la Iglesia
MR p. 791 [821] / Lecc. II p. 784
Juan I (349-404), patriarca de Constantinopla, fue llamado "Crisóstomo" (Boca de oro) por sus extraordinarias cualidades de orador. Se había formado en Siria bajo la dura disciplina monástica. Fue un intrépido testigo del Evangelio y un decidido defensor de los pobres frente al lujo insolente de los ricos. Esto lo condujo al destierro, donde murió.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Dn 12, 3
Los guías sabios brillarán como el esplendor del firmamento, y los que enseñaron a muchos la justicia, resplandecerán como estrellas por toda la eternidad.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, fortaleza de los que en ti esperan, que quisiste que el obispo san Juan Crisóstomo brillara por su admirable elocuencia y por su firmeza en las tribulaciones, concédenos que, instruidos por sus enseñanzas, nos fortalezca el ejemplo de su invencible paciencia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
Me he hecho todo a todos, a fin de ganarlos a todos.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 9, 16-19. 22b-27
Hermanos: No tengo por qué presumir de predicar el Evangelio, puesto que ésa es mi obligación. ¡Ay de mí, si no anuncio el Evangelio! Si yo lo hiciera por propia iniciativa, merecería recompensa; pero si no, es que se me ha confiado una misión. Entonces, ¿en qué consiste mi recompensa? Consiste en predicar el Evangelio gratis, renunciando al derecho que tengo a vivir de la predicación.
Aunque no estoy sujeto a nadie, me he convertido en esclavo de todos para ganarlos a todos. Con los débiles me hice débil, para ganar a los débiles. Me he hecho todo a todos, a fin de ganarlos a todos. Todo lo hago por el Evangelio, para participar yo también de sus bienes.
¿No saben que en el estadio todos los corredores compiten, pero uno solo recibe el premio? Corran de manera que consigan el premio. Además, todos los atletas se privan de muchas cosas: ellos lo hacen por un premio que se acaba; nosotros, en cambio, por uno que dura para siempre.
Así pues, yo corro, pero no a ciegas, y lucho, pero no dando golpes al aire, sino que domino mi cuerpo y lo obligo a que me sirva, no sea que, después de predicar a los demás, quede yo descalificado.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 83, 3. 4. 5-6. 12
R. Qué agradable, Señor, es tu morada.
Anhelando los atrios del Señor se consume mi alma. Todo mi ser de gozo se estremece y el Dios vivo es la causa.
R. Qué agradable, Señor, es tu morada.
Hasta el gorrión encuentra casa y la golondrina un lugar para su nido, cerca de tus altares, Señor de los ejércitos, Dios mío. R. Dichosos los que viven en tu casa, te alabarán para siempre; dichosos los que encuentran en ti su fuerza y la esperanza de su corazón.
R. Qué agradable, Señor, es tu morada.
El Señor es sol y escudo, Dios concede favor y gloria. El Señor no niega sus bienes a los de conducta intachable.
R. Qué agradable, Señor, es tu morada.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
Cfr. Jn 17, 17
R. Aleluya, aleluya.
Tu palabra, Señor, es la verdad; santifícanos en la verdad.
R. Aleluya.
EVANGELIO
¿Puede un ciego guiar a otro ciego?
Del santo Evangelio según san Lucas: 6, 39-42
En aquel tiempo, Jesús propuso a sus discípulos este ejemplo: "¿Puede acaso un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un hoyo? El discípulo no es superior a su maestro; pero cuando termine su aprendizaje, será como su maestro.
¿Por qué ves la paja en el ojo de tu hermano y no la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo te atreves a decirle a tu hermano: 'Déjame quitarte la paja que llevas en el ojo', si no adviertes la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga que llevas en tu ojo y entonces podrás ver, para sacar la paja del ojo de tu hermano".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor, Jesús.
REFLEXIÓN DEL PAPA FRANCISCO
El pasaje del Evangelio de hoy presenta parábolas breves, con las cuales Jesús quiere señalar a sus discípulos el camino a seguir para vivir sabiamente. Con la pregunta: «¿Podrá un ciego guiar a otro ciego?» (Lc 6, 39), quiere subrayar que un guía no puede ser ciego, sino que debe ver bien, es decir, debe poseer la sabiduría para guiar con sabiduría, de lo contrario corre el peligro de perjudicar a las personas que dependen de él. (…) Y Jesús toma prestada una expresión sapiencial para indicarse como modelo de maestro y guía a seguir: «No está el discípulo por encima del maestro. Todo el que esté bien formado será como su maestro» (v. 40). Es una invitación a seguir su ejemplo y su enseñanza para ser guías seguros y sabios. (…) En el pasaje de hoy encontramos otra frase significativa, que nos exhorta a no ser presuntuosos e hipócritas. Dice así: «¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo?» (v. 41). Muchas veces, lo sabemos, es más fácil o más cómodo percibir y condenar los defectos y los pecados de los demás, sin darnos cuenta de los nuestros con la misma claridad. Siempre escondemos nuestros defectos, también a nosotros mismos; en cambio, es fácil ver los defectos de los demás. La tentación es ser indulgente con uno mismo ―manga ancha con uno mismo― y duro con los demás. Siempre es útil ayudar a otros con consejos sabios, pero mientras observamos y corregimos los defectos de nuestro prójimo, también debemos ser conscientes de que tenemos defectos. Si creo que no los tengo, no puedo condenar o corregir a los demás. Todos tenemos defectos: todos. Debemos ser conscientes de ello y, antes de condenar a los otros, mirar dentro de nosotros mismos. Así, podemos actuar de manera creíble, con humildad, dando testimonio de la caridad. (Ángelus, 3 de marzo de 2019)
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te agrade, Dios nuestro, el sacrificio que alegres te presentamos en la conmemoración de san Juan Crisóstomo, por cuyas enseñanzas te alabamos y nos entregamos enteramente a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Cfr. 1 Cor 1, 23-24
Nosotros predicamos a Cristo crucificado: a Cristo, fuerza de Dios y sabiduría de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concede, Dios misericordioso, que el sacramento que recibimos en la conmemoración de san Juan Crisóstomo, nos haga crecer en tu amor y nos haga fieles testigos de la verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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