1 de octubre
SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS, VIRGEN Y DOCTORA DE LA IGLESIA
1 de octubre
SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS, VIRGEN Y DOCTORA DE LA IGLESIA
OCD: Fiesta
Color litúrgico: Blanco
Celebra hoy la Iglesia a Santa Teresa del Niño Jesús, como ella quiso llamarse. Nacida en Alençon (Normandía-Francia) en el año 1873, entró en el Carmelo de Lisieux a los quince años y donde murió el 30 de septiembre de 1897, a los 24 años. En su autobiografía, Historia de un alma, ha dejado el testimonio espiritual de su vida de fe y abandono en Dios Padre en medio de pruebas y sufrimientos: «He hallado mi propio lugar en la Iglesia –escribió–; en el corazón de la Iglesia, mi madre, yo seré el amor». Se ofreció a sí misma como «víctima al Amor misericordioso de Dios». El papa Pío XI, que la canonizó en 1925, la declaró también Patrona de las Misiones Católicas. El Papa Juan Pablo II la declaró Doctora de la Iglesia en 1997.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Cf. Dt 32, 10-12
El Señor la rodeó cuidando de ella, la guardó como a la niña de sus ojos. Como el águila extendió sus alas, la tomó y la llevó sobres sus plumas. El Señor solo la condujo.
ORACIÓN COLECTA
Oh Dios, que has preparado tu reino para los humildes y los sencillos; concédenos la gracia de seguir confiadamente el camino de santa Teresa del Niño Jesús para que nos sea revelada, por su intercesión, tu gloria eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Yo haré correr hacia ella, como un río, la paz
Lectura del libro del profeta Isaías: 66, 10-14c
Festejad a Jerusalén y gozad con ella, todos los que la amáis, alegraos de su alegría, los que por ella llevásteis luto; mamaréis a sus pechos y os saciaréis de sus consuelos, y apuntaréis las delicias de sus ubres abundantes.
Porque así habla el Señor: Yo haré derivar hacia ella como un río, la paz; como un torrente en crecida, las riquezas de las naciones.
Llevarán en sus brazos a sus criaturas y sobre las rodillas las acariciarán, así os consolaré yo; como un niño a quien su madre consuela, así os consolaré yo; (en Jerusalén seréis consolados).
Al verlo, se alegrará vuestro corazón y sus vuestros huesos florecerán como un prado; la mano del Señor se manifestará a sus servidores.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 83, 2-3, 4-5, 11. 12-13.
R/. Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles
Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios.
R/. Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles
El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia; no está siempre acusando ni guarda rencor perpetuo.
R/. Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles
La misericordia del Señor dura siempre, su justicia pasa de hijos a nietos; para los que guardan la alianza y recitan y cumplen sus mandatos.
R/. Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles
o bien:
Sal 130, 1. 2. 3
Señor, mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos altaneros; no pretendo grandezas que superan mi capacidad.
R/. Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.
Sino que acallo y modero mis deseos, como un niño en brazos de su madre.
R/. Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.
Espere Israel en el Señor ahora y por siempre.
R/. Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.
SEGUNDA LECTURA
El Espíritu intercede por nosotros con gemidos inefables.
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan: 4, 7-16
Queridos hermanos:
Amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo aquel que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.
Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.
En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él.
En esto consiste el amor: No en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo, como víctima de expiación, para el perdón de nuestros pecados.
Queridos hermanos: si Dios nos ha amado de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros.
A Dios nunca lo ha visto nadie. Si nos amamos unos a otros, Dios mora en nosotros, y podemos decir que su amor ha llegado en nosotros a su plenitud.
En esto reconocemos que moramos en él y él en nosotros: en que nos ha dado su Espíritu.
Y nosotros mismos hemos visto y damos testimonio de que el Padre ha enviado a su Hijo, como Salvador del mundo.
Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios mora en él y él en Dios. Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él.
Dios es amor, y el que vive en el amor vive en Dios y Dios en él.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
Jn 14, 23
R/. Aleluya, aleluya.
¡Bendito seas, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque revelaste los misterios del Reino a la gente sencilla! R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Mateo: 11, 25-30
Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón.
En aquel tiempo, Jesús exclamó:
—Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a al gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
o bien
Del santo Evangelio según san Mateo: 18, 1-4
Si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos.
Entonces se acercaron los discípulos a Jesús y preguntaron:
—¿Quién es el más grande en el Reino de los Cielos? Él llamó a un niño y lo puso en medio y dijo:
—Os digo que si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, ese es el más grande en el Reino de los Cielos.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN DE LOS FIELES
En esta fiesta de santa Teresa del Niño Jesús imploremos con humildad y confianza la misericordia de Dios, nuestro Padre, para que todos vivamos con fidelidad la ley del amor que es el vínculo de la perfección.
+ Por la Iglesia santa de Dios para que refleje siempre el rostro de Cristo ante los hombres, roguemos al Señor.
+ Por los sacerdotes, los religiosos, los misioneros, para que con generosidad vivan su vocación y prediquen con valentía el Evangelio, roguemos al Señor.
+ Por los hombres que todavía no conocen a Cristo, para que por la intercesión de santa Teresita, reciban la luz del Evangelio y la plenitud de la vida de gracia, roguemos al Señor.
+ Por aquellos que experimentan la prueba dolorosa de la fe, para que aleccionados por el ejemplo de santa Teresita sepan confiar siempre en el amor del Padre celestial, roguemos al Señor.
+ Por los religiosos y religiosas del Carmelo, para que sigan las huellas de santa Teresita y sirvan a la Iglesia siguiendo el camino del Evangelio, roguemos al Señor.
+ Por esta asamblea eucarística, para que la participación en los divinos misterios nos una íntimamente a Cristo y nos impulse a servirlo con amor en nuestros hermanos necesitados, roguemos al Señor.
Escucha, Padre Santo, la oración de tu Iglesia peregrina, y por la intercesión de santa Teresa del Niño Jesús concédele que, fiel a tu santa voluntad, siga las huellas de Cristo y anuncie el Evangelio a los pobres. Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, al proclamar las maravillas que has realizado en santa Teresa del Niño Jesús, te suplicamos que, así como su vida fue agradable a tus ojos, aceptes igualmente complacido el homenaje de este servicio sagrado. Por Jesucristo nuestro Señor.
PREFACIO DE SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS.
DIOS SE REVELA A LOS HUMILDES
V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.
V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar por Jesucristo, tu Hijo amado.
Te bendecimos, Padre Santo, porque has revelado a Teresa de Lisieux los misterios del reino de los cielos; en su vida, humilde y escondida, has dado a conocer a los hombres el Evangelio de tu amor misericordioso; en ella brilla, con la fuerza misterios de tu Espíritu, la fecundidad de la oración y el sacrificio para la edificación de tu Iglesia en todas las naciones.
Por eso, con los ángeles y los santos, te aclamamos llenos de alegría y cantamos tu alabanza: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Mt 18, 3
Dice el Señor: Si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
El sacramento que hemos recibido, Señor, encienda en nosotros aquel amor ardiente con el que santa Teresa del Niño Jesús se entregó a ti como víctima de amor para alcanzar tu misericordia en favor de todos los hombres. Por Jesucristo nuestro Señor.
BENDICIÓN FINAL
Dios, Padre misericordioso, que os ha llamado a glorificar su nombre en la fiesta de santa Teresa del Niño Jesús, os revele los secretos de su amor que él comunica a los pequeños y humildes de corazón.
R/. Amen.
V/. Que él os haga dóciles en el camino de la santidad para que podáis revelar y transmitir a los hombres el amor misericordioso del Padre.
R/. Amen.
V/. Que él os llene de ardor apostólico y misionero para que, como santa Teresa del Niño Jesús, podáis colaborar en la extensión del reino de Dios con la oración, el sacrificio y el testimonio apostólico.
R/. Amen.
V. Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros y os acompañe siempre.
R/. Amen.
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