Domingo 19 de octubre
XXIX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
Domingo 19 de octubre
XXIX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
Misa por la evangelización de los pueblos «B»
[Se omite la Memoria de los SANTOS JUAN BRÉBEUF e ISAAC JOGUES, Presbíteros y Compañeros Mártires, o de SAN PABLO DE LA CRUZ, Presbítero]
Verde. MR p. 1073 [1118] / Lecc. II p. 285. I Semana del Salterio.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Sal 95, 3-4
Anuncien a todos los pueblos la gloria del Señor, sus maravillas a todas las naciones, porque grande es el Señor y muy digno de alabanza.
Ir al Rito inicial y al Gloria
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que has querido que tu Iglesia sea sacramento de salvación para todos los pueblos, de forma que así perdure la obra redentora de Cristo hasta el fin de los tiempos, despierta los corazones de tus fieles y haz que se sientan llamados a trabajar por la salvación de todos, con tanta mayor urgencia, cuanto es necesario que, de todas las naciones, surja y crezca para ti una sola familia y un solo pueblo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Mientras Moisés tenía las manos en alto, dominaba Israel.]
Del libro del Éxodo 17, 8-13
Cuando el pueblo de Israel caminaba a través del desierto, llegaron los amalecitas y lo atacaron en Refidim. Moisés dijo entonces a Josué: “Elige algunos hombres y sal a combatir a los amalecitas. Mañana, yo me colocaré en lo alto del monte con la vara de Dios en mi mano”.
Josué cumplió las órdenes de Moisés y salió a pelear contra los amalecitas. Moisés, Aarón y Jur subieron a la cumbre del monte, y sucedió que, cuando Moisés tenía las manos en alto, dominaba Israel, pero cuando las bajaba, Amalec dominaba.
Como Moisés se cansó, Aarón y Jur lo hicieron sentar sobre una piedra, y colocándose a su lado, le sostenían los brazos. Así, Moisés pudo mantener en alto las manos hasta la puesta del sol. Josué derrotó a los amalecitas y acabó con ellos.
Palabra de Dios. Te alabamos Señor.
SALMO RESPONSORIAL
del salmo 120
R. El auxilio me viene del Señor.
La mirada dirijo hacia la altura de donde ha de venirme todo auxilio. El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.
R. El auxilio me viene del Señor.
No dejará que des un paso en falso, pues es tu guardián y nunca duerme. No, jamás se dormirá o descuidará el guardián de Israel.
R. El auxilio me viene del Señor.
El Señor te protege y te da sombra, está siempre a tu lado. No te hará daño el sol durante el día ni la luna, de noche.
R. El auxilio me viene del Señor.
Te guardará el Señor en los peligros y cuidará tu vida; protegerá tus ires y venires, ahora y para siempre.
R. El auxilio me viene del Señor.
SEGUNDA LECTURA
El hombre de Dios será perfecto y enteramente preparado para toda obra buena.
De la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 3, 14–4, 2
Querido hermano: Permanece firme en lo que has aprendido y se te ha confiado, pues bien sabes de quiénes lo aprendiste y desde tu infancia estás familiarizado con la Sagrada Escritura, la cual puede darte la sabiduría que, por la fe en Cristo Jesús, conduce a la salvación.
Toda la Sagrada Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar, para reprender, para corregir y para educar en la virtud, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté enteramente preparado para toda obra buena.
En presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos, te pido encarecidamente, por su advenimiento y por su Reino, que anuncies la palabra; insiste a tiempo y a destiempo; convence, reprende y exhorta con toda paciencia y sabiduría.
Palabra de Dios. Te alabamos Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
Heb 4,12
R. Aleluya, aleluya.
La palabra de Dios es viva y eficaz y descubre los pensamientos e intenciones del corazón. R. Aleluya.
EVANGELIO
Dios hará justicia a sus elegidos, que claman a él.
Del santo Evangelio según san Lucas 18, 1-8
En aquel tiempo, para enseñar a sus discípulos la necesidad de orar siempre y sin desfallecer, Jesús les propuso esta parábola: “En cierta ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. Vivía en aquella misma ciudad una viuda que acudía a él con frecuencia para decirle: ‘Hazme justicia contra mi adversario’.
Por mucho tiempo, el juez no le hizo caso, pero después se dijo: ‘Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, sin embargo, por la insistencia de esta viuda, voy a hacerle justicia para que no me siga molestando’.”
Dicho esto, Jesús comentó: “Si así pensaba el juez injusto, ¿creen ustedes acaso que Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, y que los hará esperar? Yo les digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿creen ustedes que encontrará fe sobre la tierra?”
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que lleguen a tu presencia soberana los dones de tu Iglesia suplicante, del mismo modo que fue tan grata a tus ojos la gloriosa pasión de tu Hijo, para la salvación del mundo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Mc 16,15
Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que la participación en tu mesa nos santifique, y concede que todos los pueblos reciban con gratitud, por medio del sacramento de tu Iglesia, la salvación que tu Unigénito consumó en la cruz. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
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Carmelitas Descalzos de México.
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