Jueves 30 de octubre
XXX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
Jueves 30 de octubre
XXX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
Verde / Blanco Feria o Misa del Santísimo Nombre de Jesús MR p. 1120 [1165] / Lecc. II p. 950
REFLEXIÓN del Evangelio: En san Lucas la ciudad de Jerusalén –la que, desgraciadamente, «mata y apedrea a los profetas»– aparece como singular centro de referencia en toda la vida de Jesús. Ella viene a ser, por tanto, la ciudad «mesiánica» por excelencia. En ella Jesús pondrá fin a su simbólico “viaje” y a su «misión», algo que nadie podrá impedir. En ella, con su Cruz, Jesús implantará su trono de Rey pacífico y universal. El impresionante lamento pronunciado aquí sobre Jerusalén nos habla de que la palabra “éxito” –en el sentido puramente humano– normalmente no pertenecerá al vocabulario cristiano.
ANTÍFONA DE ENTRADA Flp 2, 10-11
Que al nombre de Jesús, todos doblen la rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan públicamente que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
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ORACIÓN COLECTA
A quienes veneramos el santísimo nombre de Jesús, concede, Señor, en tu bondad, que, disfrutando en esta vida de su dulzura, nos llenemos del gozo eterno en la patria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Ninguna creatura podrá apartarnos del amor que nos ha manifestado Dios en Cristo Jesús.]
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos 8, 31-35. 37-39
Hermanos: Si Dios está a nuestro favor, ¿quién estará en contra nuestra? El que no nos escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no va a estar dispuesto a dárnoslo todo, junto con su Hijo? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Si Dios mismo es quien los perdona, ¿quién será el que los condene? ¿Acaso Jesucristo, que murió, resucitó y está a la derecha de Dios para interceder por nosotros?
¿Qué cosa podrá apartarnos del amor con que nos ama Cristo? ¿Las tribulaciones? ¿Las angustias? ¿La persecución? ¿El hambre? ¿La desnudez? ¿El peligro? ¿La espada?
Ciertamente de todo esto salimos más que victoriosos, gracias a aquel que nos ha amado; pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni el presente ni el futuro, ni los poderes de este mundo, ni lo alto ni lo bajo, ni creatura alguna podrá apartarnos del amor que nos ha manifestado Dios en Cristo Jesús.
Palabra de Dios. Te alabamos Señor.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 108
R. Sálvame, Señor, por tu bondad.
Trátame bien, Señor, por ser quien eres y por ser grande tu misericordia, porque yo soy un pobre miserable, que lleva el corazón atribulado.
R. Sálvame, Señor, por tu bondad.
Ayúdame, Señor, Dios mío, sálvame por tu bondad. Que reconozcan aquí tu mano y que tú, Señor, lo has hecho.
R. Sálvame, Señor, por tu bondad.
Mi boca le dará muchas gracias al Señor, lo alabará en medio de la multitud, porque se puso en favor del pobre para salvarle la vida de sus jueces.
R. Sálvame, Señor, por tu bondad.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 19, 38; 2, 14
R. Aleluya, aleluya.
¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas! R. Aleluya.
EVANGELIO
[No conviene que un profeta muera fuera de Jerusalén.]
Del santo Evangelio según san Lucas 13, 31-35
R. Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le dijeron: “Vete de aquí, porque Herodes quiere matarte”.
Él les contestó: “Vayan a decirle a ese zorro que seguiré expulsando demonios y haciendo curaciones hoy y mañana, and que al tercer día terminaré mi obra. Sin embargo, hoy, mañana y pasado mañana tengo que seguir mi camino, porque no conviene que un profeta muera fuera de Jerusalén.
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas y apedreas a los profetas que Dios te envía! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas, pero tú no has querido!
Así pues, la casa de ustedes quedará abandonada. Yo les digo que no me volverán a ver hasta el día en que digan: ‘¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!’.”
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
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ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dígnate, Padre todopoderoso, aceptar nuestros dones en el nombre de Jesús, en el cual confiamos firmemente que obtendremos cuanto pidamos, conforme a la promesa bondadosa hecha por tu mismo Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Hech 4, 12
No hay otro nombre bajo el cielo que pueda salvarnos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNÍON
Concédenos, Señor, por tu misericordia, que en estos sagrados misterios honremos con digno homenaje al Señor Jesús, ante cuyo nombre quisiste que toda rodilla se doble y por el que todos los hombres encuentren la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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