17 de julio
Beatas Teresa de San Agustín y compañeras, vírgenes y mártires
17 de julio
Beatas Teresa de San Agustín y compañeras, vírgenes y mártires
OCD: Memoria obligatoria
Las dieciséis carmelitas descalzas del monasterio de la Santísima Encarnación de la ciudad de Compiègne, tan pronto como vieron que la Revolución Francesa tomaba mal cariz, se ofrecieron a Dios como víctimas para aplacar la divina justicia y para implorar la paz de la Iglesia. Apresadas el día 24 de junio de 1794 y encarceladas, comunicaban el gozo de su espíritu y su total entrega a la divina voluntad a los demás detenidos, a quienes exhortaban a robustecer su fortaleza con el amor de Dios. Condenadas a muerte por su inquebrantable fidelidad a la Iglesia y a la vida religiosa, y por su devoción a los Sagrados Corazones de Jesús y de María, fueron guillotinadas en París el 17 de Julio de 1794, mientras cantaban himnos y después de haber renovado su profesión religiosa en manos de la priora, Teresa de San Agustín.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Sa1 148, 12-14
Los jóvenes y también las doncellas... alaben el nombre del Señor, el único nombre sublime. Su majestad sobre el cielo y la tierra.
ORACIÓN COLECTA
Señor, Padre Santo, que elegiste a la beata Teresa y a sus hermanas carmelitas para que, fortalecidas con la gracia de tu Santo Espíritu, llegaran desde la soledad del Carmelo hasta la palma del martirio; concédenos que te amemos con fidelidad y lleguemos, como ellas, hasta la contemplación de tu belleza en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Tomemos precauciones contra Israel para que no siga multiplicándose.
Del libro del Éxodo: 1, 8-14. 22
En aquel tiempo, subió al poder en Egipto un nuevo faraón, que no había conocido a José, y le dijo a su pueblo: "Los hijos de Israel forman un pueblo más numeroso y fuerte que nosotros. Tomemos precauciones contra ellos para que no sigan multiplicándose, no sea que, en caso de guerra, se unan a nuestros enemigos, para luchar contra nosotros y se escapen del país".
Les pusieron, pues, capataces a los israelitas para que los oprimieran con trabajos pesados; y así construyeron para el faraón las ciudades de Pitom y Ramsés, como lugares de almacenamiento. Pero mientras más los oprimían, más crecían y se multiplicaban. Los egipcios llegaron a temer a los hijos de Israel y los redujeron a una cruel esclavitud; les hicieron pesada la vida, sometiéndolos a rudos trabajos de albañilería y a toda clase de tareas serviles en el campo. Además, el faraón dio esta orden a su pueblo: "Echen al río a todos los niños que les nazcan a los hebreos; pero si son niñas, déjenlas vivir".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 123,1-3.4-6. 7-8
R/. Nuestra ayuda es invocar al Señor.
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte cuando los hombres nos asaltaron, nos habría devorado vivos el fuego de su cólera.
R/. Nuestra ayuda es invocar al Señor.
Las aguas nos hubieran sepultado, un torrente nos hubiera llegado al cuello, un torrente de aguas encrespadas. Bendito sea el Señor, porque no permitió que nos despedazaran con sus dientes.
R/. Nuestra ayuda es invocar al Señor.
Nuestra vida se escapó como un pájaro de la trampa de los cazadores. La trampa se rompió y nosotros escapamos. Nuestra ayuda nos viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.
R/. Nuestra ayuda es invocar al Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
Mt 5, 10
R/. Aleluya, aleluya.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos, dice el Señor. R/.
EVANGELIO
No he venido a traer la paz, sino la guerra.
Del santo Evangelio según san Mateo: 10, 34-11, 1
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: "No piensen que he venido a traer la paz a la tierra; no he venido a traer la paz, sino la guerra. He venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre. a la nuera con su suegra; y los enemigos de cada uno serán los de su propia familia. El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí. El que salve su vida, la perderá y el que la pierda por mí, la salvará.
Quien los recibe a ustedes, me recibe a mí; y quien me recibe a mí, recibe al que me ha enviado. El que recibe a un profeta por ser profeta, recibirá recompensa de profeta; el que recibe a un justo por ser justo, recibirá recompensa de justo. Quien diere, aunque no sea más que un vaso de agua fría a uno de estos pequeños, por ser discípulo mío, yo les aseguro que no perderá su recompensa". Cuando acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, Jesús partió de ahí para enseñar y predicar en otras ciudades.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN DEL PAPA FRANCISCO
«El que ama a su padre o a su madre, […] a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí» (v. 37). Jesús ciertamente no pretende subestimar el amor a los padres y a los hijos, pero sabe que los lazos de parentesco, si se ponen en primer lugar, pueden desviar del verdadero bien. Lo vemos: ciertas corrupciones en los gobiernos se dan precisamente porque el amor por la parentela es mayor que el amor por la patria y ponen en los cargos a los parientes. (…) Cuando, por el contrario, el amor a los padres y a los hijos está animado y purificado por el amor del Señor, entonces se hace plenamente fecundo y produce frutos de bien en la propia familia y mucho más allá de ella. En este sentido, dice Jesús la frase. Recordemos también cómo reprende Jesús a los doctores de la ley que privan a sus padres de lo necesario con el pretexto de dárselo al altar, de dárselo a la Iglesia (cf. Mc 7,8-13). ¡Los reprende! El verdadero amor a Jesús requiere verdadero amor a los padres, a los hijos, pero si primero buscamos el interés familiar, esto siempre nos lleva por el camino equivocado. (Ángelus, 28 junio 2020)
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al celebrar, Señor, la muerte gloriosa de tus vírgenes, las carmelitas de Compiègne, te ofrecemos el memorial de la pasión de tu Hijo, que da al martirio cristiano todo su valor y fundamento. Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Cf. Rom 8, 38-39
Estoy convencido de que ni la muerte, ni vida..., ni ninguna otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados, Señor, con este pan de vida, te pedimos que infundas en nuestro espíritu la misma fortaleza interior que las vírgenes carmelitas recibieron en este banquete eucarístico, para que, como ellas, sepamos confesar con valentía nuestra fe. Por Jesucristo nuestro Señor.
El Libro Vivo es un servicio gratuito.
Carmelitas Descalzos de México.
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