Sábado 11 de octubre
XXVII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
Sábado 11 de octubre
XXVII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
Memoria, SAN JUAN XXIII, Papa
Blanco. MR p. 895 [934] / Lecc. II p. 887
Angelo Giuseppe Roncalli nació en Sotto il Monte (Bérgamo) el 25 de noviembre de 1881. Ordenado sacerdote el 10 de agosto de 1904. En 1921 comenzó su servicio a la Santa Sede sucesivamente en Bulgaria, Turquía, Grecia y Francia. El 12 de enero de 1953 fue creado cardenal y patriarca de Venecia. Fue elegido Papa el 28 de octubre de 1958, estableció una comisión para la revisión del Código de Derecho Canónico y convocó el Concilio Vaticano II. Murió el 3 de junio de 1963. Fue beatificado por el Papa Juan Pablo II el 3 de septiembre de 2000 y fue canonizado por el Papa Francisco el 27 de abril de 2014.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Cfr. Sir 45, 30
El Señor hizo con él una alianza de paz, lo puso al frente de su pueblo y lo constituyó sacerdote para siempre.
ORACIÓN COLECTA
Dios Todopoderoso y eterno, que en San Juan XXIII, Papa, has hecho resplandecer para todo el mundo la imagen viva de Cristo, Buen Pastor, concédenos, por su intercesión, difundir con alegría la plenitud de la caridad cristiana. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
Empuñen las hoces, porque ya la mies está madura.
Del libro del profeta Joel 4, 12-21
“Que se levanten las naciones y acudan al valle de Josafat: allí me sentaré a juzgar a las naciones vecinas. Empuñen las hoces, porque ya la mies está madura; vengan a pisar las uvas, porque ya está lleno el lagar, ya las cubas están rebosantes de sus maldades.
Multitudes y multitudes se reúnen en el valle del juicio, porque está cerca el día del Señor. El sol y la luna se oscurecen, las estrellas retiran su resplandor. El Señor ruge desde Sión, desde Jerusalén levanta su voz; tiemblan los cielos y la tierra.
Pero el Señor protege a su pueblo, auxilia a los hijos de Israel. Entonces sabrán que yo soy el Señor, su Dios, que habito en Sión, mi monte santo. Jerusalén será santa y ya no pasarán por ella los extranjeros.
Aquel día los montes destilarán vino y de las colinas manará leche. Los ríos de Judá irán llenos de agua y brotará un manantial del templo del Señor, que regará el valle de las Acacias.
Egipto se volverá un desierto y Edom una árida estepa, porque oprimieron a los hijos de Judá y derramaron sangre inocente en su país.
En cambio, Judá estará habitada para siempre, y Jerusalén, por todos los siglos. Vengaré su sangre, no quedarán impunes los que la derramaron, y yo, el Señor, habitaré en Sión”.
Palabra de Dios. Te alabamos Señor.
SALMO RESPONSORIAL
del salmo 96, 1-2. 5-6. 11-12
R. Alegrémonos todos con el Señor.
Reina el Señor, alégrese la tierra, cante de regocijo el mundo entero. Tinieblas y nubes rodean el trono del Señor, que se asienta en la justicia y el derecho.
R. Alegrémonos todos con el Señor.
Los montes se derriten como cera ante el Señor de toda la tierra. Los cielos pregonan su justicia, su inmensa gloria ven todos los pueblos.
R. Alegrémonos todos con el Señor.
Amanece la luz para el justo y la alegría para los rectos de corazón. Alégrense, justos, con el Señor y bendigan su santo nombre.
R. Alegrémonos todos con el Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
Lc 11, 28
R. Aleluya, aleluya.
Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica, dice el Señor. R. Aleluya.
EVANGELIO
Dichosa la mujer que te llevó en su seno. – Dichosos todavía más los que escuchan la palabra de Dios
Del santo Evangelio según san Lucas 11, 27-28
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la multitud, una mujer del pueblo, gritando, le dijo: “¡Dichosa la mujer que te llevó en su seno y cuyos pechos te amamantaron!” Pero Jesús le respondió: “Dichosos todavía más los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza en honor del Papa San Juan XXIII y de todos tus santos, en la serena confianza de ser liberados de los males presentes y futuros y de obtener la heredad que nos has prometido. Por Cristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Cfr. Jn 21, 17
Señor, tú lo conoces todo; tú sabes que te amo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, nuestro Dios, que la comunión en tus santos misterios haga despertar en nosotros la llama de la caridad, que alimentó sin cesar la vida de San Juan XXIII y lo empujó a llevarla a toda su Iglesia. Por Cristo, nuestro Señor.
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Carmelitas Descalzos de México.
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