Jueves 29 de mayo
VI SEMANA DE PASCUA
Jueves 29 de mayo
VI SEMANA DE PASCUA
29 de mayo
JUEVES VI DE PASCUA
Feria Blanco
O bien: San Pablo VI, Papa (p. 133).
Enfrentemos las adversidades
COMENTARIO AL EVANGELIO
La adversidad tarde o temprano aparece en nuestra vida. No podemos vivir sólo con momentos agradables y felices; debemos aceptar que siempre habrá también períodos de tristeza y sufri-miento. Juan, magistralmente, habla de la muerte de Jesús como uno de los momentos más difíciles que los discípulos tuvieron que pasar, pero al mismo tiempo presenta la Resurrección como el acon-tecimiento más esperanzador. Para explicar esto, el autor del cuarto evangelio muestra un contraste entre los que lloran por el sufrimiento de alguien y aque-llos que se alegran a causa de la desgracia ajena (v. 20). Además, para evitar que la resignación se convierta en compañera permanente del discípulo, se enfatiza inmediatamente que la tristeza puede transformarse en gozo. No es que Jesús, y después Juan, tengan una percepción ingenua de la tristeza; saben que hay congojas provocadas por la maldad de las personas. Ese tipo de abatimiento no puede convertirse, sin más, en algo positivo. Sin embargo, desde la resurrección >
del Señor, se pueden vislumbrar alternativas esperanzadoras ante las tristezas provocadas por causas externas y ante los sufrimientos asumidos con madurez.
¿Por qué a veces nos desanimamos con facilidad ante las adversidades? ¿Qué hare-mos a partir de este mensaje para afrontar las adversidades?
ANTÍFONA DE ENTRADA
Cuando saliste, Señor, al frente de tu pueblo, y le abriste camino a través del desierto, la tierra se estremeció y hasta los cielos dejaron caer su lluvia. Aleluya.
Cfr. Sal 67, 8-9.20
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que hiciste a tu pueblo partícipe de tu redención, concédenos vivir perpetuamente llenos de gozo por la resurrección del Señor. Él. que vive y reina contigo...
PRIMERA LECTURA
Pablo se estableció en la casa de Aquila, trabajaba y predicaba en la sinagoga. Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 18, 1-8
E n aquellos días, Pablo salió de Atenas y se fue a Corinto. Allí encontró a un judío, llamado Aquila, natural del Ponto, que acababa de llegar de Italia con su mujer, Priscila, en acatamiento a las órdenes de Claudio, que expulsó de Roma a todos los judíos. Pablo se acercó a ellos, y como eran del mismo oficio, se quedó a vivir y a trabajar con ellos. Su oficio era fabricar tiendas de campaña. Cada sábado Pablo discutia en la sinagoga y trataba de convencer a judíos y griegos.
Cuando Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, Pablo se dedicó por com-pleto a la predicación y afirmó delante de los judíos que Jesús era el Mesías. Como éstos lo contradecían y lo insultaban, se rasgó las vestiduras y dijo: "Que la sangre de ustedes caiga sobre su propia cabeza: yo soy inocente. De ahora en adelante, iré a hablar a los paganos".
Salió de allí y entró en la casa de Tito Justo, que adoraba a Dios, y cuya casa estaba al lado de la sinagoga.
Crispo, el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor, junto con toda su fami-lia. Asimismo, al oír a Pablo, muchos de los corintios creyeron y recibieron el bautismo.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 97
R. El Señor nos ha demostrado su amor y su lealtad. Aleluya.
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria. R.
El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su jus-ticia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel. R.
La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R. Aleluya, aleluya.
Cfr. In 14, 18
No los dejaré desamparados, dice el Señor; me voy, pero volveré a ustedes y entonces se alegrará su corazón. R.
EVANGELIO
Su tristeza se transformará en alegria.
Del santo Evangelio según san Juan: 16, 16-20
E n aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Dentro de poco tiempo ya no me verán; y dentro de otro poco me volverán a ver". Algunos de sus discípulos se preguntaban unos a otros: "¿Qué querrá decir con eso de que: 'Dentro de poco tiempo ya no me verán, y dentro de otro poco me volve-rán a ver', y con eso de que: 'Me voy al Padre?". Y se decían: "¿Qué significa ese 'un poco'? No entendemos lo que quiere decir".
Jesús comprendió que querían preguntarle algo y les dijo: "Están con-fundidos porque les he dicho: 'Dentro de poco tiempo ya no me verán y dentro de otro poco me volverán a ver'. Les aseguro que ustedes llorarán y se entristecerán, mientras el mundo se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero su tristeza se transformará en alegría". Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Suba hasta ti, Señor, nuestra oración, acompañada por estas ofrendas, para que, purificados por tu bondad, nos dispongas para celebrar el sacramento de tu inmenso amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. Aleluya.
Mt 28, 20
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso y eterno, que, por la resurrección de Cristo, nos has hecho renacer a la vida eterna, multiplica en nosotros el efecto de este sacra-mento pascual, e infunde en nuestros corazones el vigor que comunica este alimento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
*San Pablo Vi, Papa (ml), blanco.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que hiciste brillar con admirable resplandor de virtud y doctrina a san Pablo VI, a quien constituiste pastor de toda la Iglesia, concede a quienes veneramos los méritos de tan gran pontífice que podamos resplan-decer delante de los hombres por nuestras buenas obras y presentarnos ante ti inflamados por el amor. Por nuestro Señor Jesucristo...
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, que en esta festividad de san Pablo VI nos aprove-che esta ofrenda, por cuya inmolación quisiste que se perdonen los peca-dos del mundo entero. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, que la eficacia de los dones recibidos, en esta festividad de san Pablo VI, produzca su efecto en nosotros, para que nos sirvan de ayuda en nuestra vida mortal y nos obtengan el gozo de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Por distintos motivos, Jesús muere diariamente: por el sufrimiento de los pobres, por los excesos de algunas personas, etcétera. Eso nos nubla y pareciera que todo pierde sentido; sin embargo, la Resurrección se transforma en un fuego de esperanza que nos alienta a comprometernos con cada persona, haciendo de su vida y de sus anhelos el centro de nuestra atención.
PARA MEDITAR
29 de mayo
133
Prefacio I-V de Pascua.
El Libro Vivo es un servicio gratuito.
Carmelitas Descalzos de México.
ocd.org.mx