Martes 27 de mayo
VI SEMANA DE PASCUA
Martes 27 de mayo
VI SEMANA DE PASCUA
[10:26 p.m., 10/5/2025] Eric Lizaola: s a nuestra propia suerte, ni dejarnos desamparados. Más bien, el evangelista al recordar estas palabras desea señalar, por una parte, una realidad innegable: el Señor ya no estaba fisicamente con ellos, como antes de la muerte y resurrección; por tanto, debían asumir con madurez esa nueva realidad. Incluso no tenían que envidiar enfermizamente a aquellos que lo habían visto, escuchado y tocado (20, 29). Por otra parte, al no estar ya corporalmente Jesús con ellos, debían recordar sus enseñanzas y decidir, en las nuevas circunstancias, cómo ser fieles a ellas. Precisamente para esto les dará al Paráclito, para que los fortalezca, pues los procesos de madurez y adultez siem-pre son dolorosos, pero también indispensables y hasta gratificantes.
¿Por qué es tan dificil ser personas maduras? ¿Qué podemos hacer para ser más adultos, más responsables, desde nuestra confianza en Jesucristo?
ANTÍFONA DE ENTRADA
Alegrémonos, regocijémonos y demos gracias, porque el Señor, nuestro Dios omnipotente, ha empezado a reinar. Aleluya.
Арос 19,7.6
ORACIÓN COLECTA
Dios omnipotente y misericordioso, concédenos poder alcanzar una ver-dadera participación en la resurrección de Jesucristo, tu Hijo. Él, que vive y reina contigo...
[10:27 p.m., 10/5/2025] Eric Lizaola: PRIMERA LECTURA
Cree en el Señor Jesús y te salvarás, tú y tu familia. Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 16, 22-34
E n aquellos días, la gente de la ciudad de Filipos se alborotó contra Pablo y Silas, y los magistrados ordenaron que los desnudaran y los azotaran. Después de azotarlos mucho, los metieron en la cárcel y le ordenaron al carcelero que los vigilara bien. Siguiendo esta orden, él los metió en el cala-bozo de más adentro y les aseguró los pies en el cepo.
A eso de la medianoche, Pablo y Silas estaban en oración, cantando him-nos al Señor, y los otros presos los escuchaban. De pronto sobrevino un temblor tan violento, que se sacudieron los cimientos de la cárcel, las puertas se abrieron de golpe y a todos se les soltaron las cadenas.
El carcelero se despertó, y al ver las puertas de la cárcel abiertas de par en par, pensó que los presos se habían fugado y sacó su espada para matarse. Pero entonces Pablo le gritó: "No te hagas ningún daño; aquí estamos todos". El carcelero pidió una lámpara, se precipitó hacia dentro, y temblando, se arrojó a los pies de Pablo y Silas. Después los sacó de allí y les preguntó: "¿Qué debo hacer para salvarme?". Ellos le contestaron: "Cree en el Señor Jesús y te salvarás, tú y tu familia". Y les explicaron la palabra del Señor a él y a todos los de su casa.
El carcelero se los llevó aparte, y en aquella misma hora de la noche les lavó las heridas y enseguida se bautizó él con todos los suyos. Después los invitó a su casa, les preparó la mesa y celebraron una fiesta familiar por haber creído en Dios.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 137
R. Señor, tu amor perdura eternamente. Aleluya.
De todo corazón te damos gracias, Señor, porque escuchaste nuestros ruegos. Te cantaremos delante de tus ángeles, te adoraremos en tu templo. R.
Señor, te damos gracias por tu lealtad y por tu amor; siempre que te invo-camos nos oiste y nos llenaste de valor. R.
Tu mano, Señor, nos pondrá a salvo, y así concluirás en nosotros tu obra. Señor, tu amor perdura eternamente; obra tuya soy, no me abandones. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
Cfr. Jn 16, 7. 13
R. Aleluya, aleluya.
Yo les enviaré el Espíritu de la verdad, y él los irá guiando hasta la verdad plena, dice el Señor. R.
EVANGELIO
Si no me vay, no vendrá a ustedes el Paráclito.
Del santo Evangelio según san Juan: 16, 5-11
E n aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Me voy ya al que me envió y ninguno de ustedes me pregunta: ¿A dónde vas?'. Es que su corazón se ha llenado de tristeza porque les he dicho estas cosas. Sin embargo, es cierto lo que les digo: les conviene que me vaya; porque si no me voy, no vendrá a ustedes el Paráclito; en cambio, si me voy, yo se lo enviaré.
Y cuando él venga, establecerá la culpabilidad del mundo en materia de pecado, de justicia y de juicio; de pecado, porque ellos no han creído en mí; de justicia, porque me voy al Padre y ya no me verán ustedes; de juicio, por-que el príncipe de este mundo ya está condenado". Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, vivir siempre llenos de gratitud por estos misterios pascuales que celebramos, para que, continuamente renovados por su acción, se conviertan para nosotros en causa de eterna felicidad. Por Jesucristo, nues-tro Señor.
Préfacio I-V de Pascua,
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Cfr. Lc 24, 46. 26
Era necesario que Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos, y asíentrara luego en su gloria. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor y Dios nuestro, escucha nuestras oraciones, para que la participación en los sacramentos de nuestra redención nos ayude en la vida presente y nos alcance las alegrías eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
[10:27 p.m., 10/5/2025] Eric Lizaola: "San Agustin de Canterbury, obispo (ml), blanco (MR, p. 751 [739]).
Fue enviado por el Papa Gregorio Magno a Inglaterra, al frente de un grupo de monjes, destinados a predicar el Evangelio a los sajones (597). Agustín organizó la Iglesia e infundió la fe cristiana en aquel pueblo.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que por la predicación del obispo san Agustín de Canterbury, llevaste la luz del Evangelio a los pueblos de Inglaterra, haz que la semilla de sus trabajos apostólicos continúe dando frutos en tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo.....
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, las ofrendas de tu pueblo, que te presentamos en la festivi-dad de san Agustín de Canterbury, y concédenos, como esperamos, obte-ner por ellas el auxilio de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios nuestro, alimentados con el Cuerpo y la Sangre preciosos de tu Hijo, te pedimos que cuanto hemos celebrado con fervor lo recibamos como prenda de segura redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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Carmelitas Descalzos de México.
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